Febrero 10, 2024 đź’«

La casa de la Abuela me hace falta, y hay muchas cosas que aĂşn no te he dicho.

Por las noches, antes de dormir, me gusta escuchar esa balada que me eleva a los dĂ­as numerosos que nos faltan por vivir.
En los climas frescos especialmente, me gusta ponerme ese vestido que tanto me gusta pero que tú amas, porque me hace sentirte tan cerca a pesar de no poder ver tus ojos que me hacen soñar a diario.
Hace dĂ­as no te he podido escribir mis prosas, pero definitivamente no hay dĂ­a en que no te invente una.
Hay días, nostalgia mía, en que no sé qué decirte, pero siempre tengo deseos de dedicarte recuerdos, caricias y canciones viejitas, de esas que con una sonrisa te alegran el alma.
La chica que deja el rostro a la oscuridad del cielo cuando llueve para sentir como las gotas en el cuerpo se deslizan y se convierten en uno, para tener un destino final en comĂşn, esa es la chica que te escribe en medio de sus preocupaciones de la vida diaria, pero que cuando se trata de ti, todo parece estar bien.

Tienes una cita conmigo en esta y todas las vidas. Recuerda no llegar tarde, porque te espero en el jardĂ­n junto a los libros, los licuados de banana y pinceles para dibujar nuestro lienzo.







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Hasta pronto