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Los dĂas ventosos son parte de lo que alegra al corazĂłn. Estos dĂas que alientan el alma con valentĂa y lo refrescan con sus ráfagas de soplidos llenos del dulce olor de la primavera.
Estoy sentada escribiendo en el cafĂ© que se volviĂł mi favorito desde hace tres años que lleguĂ© a este nuevo lugar, que ahora ya lo considero mĂo.
Ha pasado ya un tiempo, y bien dicho esta que todo lo que se comienza debe terminar. Ya pasaron tres años y ahora que veo lo mucho que todo ha cambiado, sé entonces que se acerca el final.
Nada se compara con el sentimiento de nostalgia que me causan los exámenes finales, los Ăşltimos proyectos por entregar y el ajetreo de empacar para volver a casa y ver a mamá cocinando sus deliciosas comidas, papá siendo un experto en la panaderĂa, a mi hermano en su nuevo hogar y mis hermanas que son mis mejores amigas.
No quiero irme sabiendo que no disfrute lo bonito de estar aquĂ, lo necesario que fue crecer y lo increĂble que es partir y esperar lo nuevo. Un año más por vivir, una oportunidad para avanzar y una nueva aventura por perseguir.

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