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Hola... 
han pasado ya muchos días desde la última vez que decidí buscarte por aquí, dejarte mis versos y dedicarte suspiros. 
El tiempo se me va pasando, y aunque sé que estoy mejor ahora, de vez en cuando me da por quererte, llorarte, tenerte. No se ahora que sera de ti, no tengo ni la más mínima idea de lo que pasó con aquel trabajo que tenías, o el deseo de comprar la camara ochentera para grabarnos y grabar el mundo, o si te sigue gustando la idea de tener una casita en un vasto campo lleno de árboles que nos cubrieran mientras compartiéramos nuestros sueños bajo esos ramajes que taparían el sol. 

Si, ya no lo sé, pero, aunque yo ya no sea parte de esos planes eternos, espero que siempre los tengas en mente y hoy más que nunca los abraces muy fuerte, con mas amor, con mas certeza, porque aunque los dos nos herimos, con los meses he comprendido que por mucho que el odio se apodere de los recuerdos, el amor y la gratitud siempre salen ganando. No podría en estos momentos decirte que lo que hago es recordarte con mucho cariño, pero sé que poco a poco, te voy agradeciendo y te voy soltando. No te suelto para ya no amarte, te suelto para sanarme, para volver a mí y seguir adelante, pero esta vez sin ti. 

Espero irte olvidando de poquito en poquito, para guardarte en el lugar más bonito de mi corazón, ese que conmigo construiste y con mucho dolor tuve que cerrarte. 
Amo escribirte cartas de vez en cuando, porque sé que, en una vida tan ocupada, me puedo escapar del mundo por un segundo, mientras recuerdo lo bonito que fue lo nuestro, y lo intacto que ahora se va quedando.